
Este lema utilizado por la OMS y aceptado a nivel mundial, pone de manifiesto la importancia de la salud mental como clave para el bienestar, no sólo individual sino también de la sociedad en general. La buena salud mental hace que las personas desarrollen su potencial, superen el estrés normal de la vida, trabajen de forma productiva y hagan sus aportaciones a la comunidad.
La clave: los derechos
La Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada por la Asamblea General de la ONU en 2006 y ratificada por España en 2008, es un instrumento internacional de los derechos humanos destinada a proteger los derechos y la dignidad de las personas con cualquier tipo de discapacidad (física, mental, intelectual o sensorial) garantizando que gocen de plena igualdad ante la ley.PUBLICIDAD
Esta convención adopta un modelo social de la discapacidad, siendo la sociedad la responsable de eliminar las barreras y de proporcionar los apoyos necesarios para que esta igualdad pueda darse.
El estigma
Es paradójico, sin embargo, que a la salud mental se le preste, ya no poca atención y pocos recursos en relación a otros problemas de salud, sino que además el estigma, que recae sobre las personas con problemas de salud mental, suponga una clara desventaja social, discriminación y la vulneración de sus derechos.
Esta situación, que desgraciadamente se arrastra desde hace siglos, no parece tener fin. Otros problemas de salud, que también han disfrutado de altas dosis de estigma, han acabado siendo integrados como pérdidas de salud, sin por ello penalizar, juzgar o apartar a las personas.
Acabar con el estigma de otros problemas de salud ha sido el resultado del compromiso de las instituciones implicadas (sanitarias, sociales…) a través de planes, campañas y recursos, que han garantizado una buena atención de calidad y la sensibilización de la sociedad en general.
Autoestigma
Sigue siendo frecuente, aún en nuestro medio, que a las personas diagnosticadas de un trastorno mental se las siga considerando imprevisibles, incapaces e incluso violentas, a pesar de que esto no se base en ningún dato avalado por estudios científicos. A ello hay que añadir el propio autoestigma que algunas personas tienen, lo que empeora sus posibilidades de ejercer sus derechos.
Derecho al acceso al empleo, formación y vivienda
Estas ideas irracionales y preconcebidas dan lugar a actitudes de temor y rechazo en la sociedad en general y conducen en muchos casos a la vulneración de los derechos de las personas, ya que impiden el acceso en igualdad al empleo, la formación y la vivienda. Es decir, poder ejercer los derechos de plena ciudadanía.
Luchar y erradicar el estigma y el autoestigma es una cuestión de respetar y garantizar los derechos de las personas con problemas de salud mental.
El Relator de la ONU
El último informe de 2019 del Relator Especial de la ONU sobre el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental destaca el papel fundamental de los factores sociales, como determinantes de la salud en relación con el ejercicio efectivo del derecho a la salud mental.
La promoción de la salud mental no es un lujo, es un derecho de toda la población.
El Relator considera que un enfoque basado en los derechos para la promoción de la salud mental ofrece una alternativa al «modelo biomédico» que está orientado a la enfermedad y adopta un enfoque individual y limitado en la prevención de problemas de salud mental.
Advierte en su informe que las concepciones estrechas de los determinantes de salud, junto con un exceso de confianza en las explicaciones biomédicas de la angustia emocional y los problemas de salud mental, desvían la atención de las políticas y de las acciones basadas en Derechos que promueven la salud. También alerta que esta cuestión de derechos humanos está gravemente descuidada y que requiere de acciones urgentes.
Más igualdad, menos pobreza, acceso a la formación, espacios dignos donde vivir y posibilidad de desarrollarse a través de un empleo, son la mejor manera de promocionar la salud mental y prevenir los trastornos mentales. Acciones más complejas y con intereses menos claros que algunos de los relacionados con el modelo biomédico que domina el discurso y la acción actual. En salud mental es tiempo de derechos y de política de derechos.
Texto escrito junto con José Antonio López Cócera y Begoña Frades García.