15 años después aún hay que conseguir que los más jóvenes vivan sin armarios. Que las personas más jóvenes homosexuales y transexuales no estén en las estadísticas de suicidio o de fracaso escolar debido a que sufren acoso en las aulas o en su comunidad. Y también, hay que seguir defendiendo los derechos humanos en todos y cada uno de los rincones del planeta, para eliminar la homofobia y transfobia de las leyes que persiguen incluso con la muerte la homosexualidad y la transexualidad.
Carmen montón escribe en La Razón el día 28 sobre los 15 años de Matrimonio igualitario.